Los caracoles se alimentan de diversos vegetales. Si no encuentran otros devoran nuestras plantas en sus ataques nocturnos, en especial las más carnosas.
SÍNTOMAS
Rastros de babas por las hojas y el suelo. Mordeduras en hojas y raíces.
PREVENCIÓN
Evitar encharcamiento frecuentes y humedad excesiva.
SOLUCIÓN
Aplique muntanyeta de COMPO Antilimacos cerca de las zonas de reposo diario.

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